Es post es de esas cosas que seguro nadie os contaría. O que solo nos pasa a los que salimos de la ciudad y nos adentramos a los mundos del campo.
Hace tiempo puse a secar las guindillas de mi huerto. Me prometieron que picaban como mil demonios.
Un día me pico la curiosidad, de lo que podían llegar a picar, por que si tenia que vender alguna saber si realmente picaban. Arranque una del manojo y le mordí la puntita, pero una pizquita muy pequeñita. Y NO PICABA. 🙁
Y todo chulo yo! La parto por la mitad y meto la lengua. AAAARRRRGGG. Se me durmió la lengua un buen rato con los 2 mil demonios dentro de ella. Y con la tontería no se como lo hice pero me metí el dedo en el ojo.
Me quede ciego unos 5 minutos. No os podéis imaginar como duele esto, tienes que cerrar los ojos y esperar, pero si lo abres aun pica más… horroroso.
Conclusión: Las guindillas pican mucho y las de Can Pepitu mucho más.